EL MENSAJE QUE NO PUDO SER CAMBIADO

EL MENSAJE QUE NO PUDO SER CAMBIADO

JEREMÍAS   Profeta de Judá, no profetizó fuera de Jerusalén  628 A.C. y 580 A.C,  entre los 22 y los 70 años de edad. Siglo VII antes de Cristo.

Pasó  casi toda su vida adulta profetizando en su ciudad, habiendo sido testigo de los reinados de Josías, Joaquín y Sedecías.

Fue coetáneo de otros profetas: Nahum, Habacuc y Sofonías.

"Fueron halladas tus palabras y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos." Jeremías 15:16 

Jeremías  ha sido llamado el profeta lamentoso.

Era de la familia de los sacerdotes pero, al igual que Juan el Bautista, fue más un profeta que un sacerdote.

Es evidente el profundo dolor de su alma acerca de la condición del reino de Judá, pero él entrega fielmente el severo mensaje de Dios en el sentido de que los caldeos llevarían a Judá a la cautividad.

Aunque él fue afligido hasta el punto de angustiarse, es precioso el hecho de que haya escrito el versículo arriba citado; la palabra de Dios había penetrado en las profundidades de su ser y en esto él encontró gozo y regocijo en el corazón, porque conocía la realidad del nombre de Jehová su Dios. Aquí tenemos el gozo y la fortaleza en medio del dolor y la debilidad,  tenía el corazón de un sacerdote y la fidelidad de un profeta.

Cuando Sedequías fue hecho cautivo y Judá fue hecha tributaria, a Jeremías se le permitió permanecer en la tierra, así como a otros, bajo la autoridad de Gedalías.

Jeremías continuó profetizando, pero sus palabras fueron rechazadas incluso por el remanente preservado.

Su último capítulo es estrictamente histórico, pero demuestra la verdad de sus profecías. Jeremías es un excelente libro para estimular a la perseverancia ante el pesar y la oposición.

Capítulo 20:7 al 9, lo que hace a un hijo/a de Dios es la pasión en nuestros corazones aunque muchas veces esto demandará lágrimas y sufrimiento interno, pero sabremos que lo único que nos hace felices y estar cerca de su corazón es agradarle a Él, no importando las circunstancias de nuestro alrededor.

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