Salvo por gracia – convertido por esfuerzo

 


Salvo por gracia – convertido por esfuerzo

 

Aceptar a Jesús es aceptar dejar ir todo lo conocido para una nueva vida donde todo es desconocidamente nuevo.

 La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, sino un regalo de Dios:  Efesios 2:8-9 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios, no por obras, para que nadie se gloríe.

 La conversión es un proceso, no un acontecimiento. Viene como resultado de nuestros esfuerzos por seguir al Salvador. Dichos esfuerzos entrañan ejercer la fe en Jesucristo, arrepentirnos del pecado, bautizarnos, recibir el don del Espíritu Santo y perseverar hasta el fin en la fe.

Pero la conversión es un proceso de pulimiento fundamental para nuestra vida.

La conversión es un proceso para reflejar a Cristo. Menguo yo crece él.

Ezequiel 18:32 32 No quiero que mueras, dice el Señor Soberano. ¡Cambia de rumbo y vive!

 

·      Es una decisión: -Implica cambio de hábitos. -Exige el abandono de los malos comportamientos

·       Implica arrepentirse no justificarse

·       Pasamos de la autoafirmación (defender ideales) a confiar en Dios 

·       Dejar de ser el centro de uno mismo para preguntarse qué le agrada a Dios.

·       Es el resultado de los esfuerzos por seguir a Jesucristo 

·       Oír Palabra para poder perseverar en la fe. 

·       Es un efecto de la obra de Dios en cada área.  

 

El llamado a la conversión ·       Dios nos llama a la conversión para que vivamos una nueva vida 


JUAN 3:30

LBLA Es necesario que Él crezca, y que yo disminuya.

DHH Él ha de ir aumentando en importancia, y yo disminuyendo.

NTV Él debe tener cada vez más importancia y yo, menos. NVI A él le toca crecer y a mí, menguar.

PDT Ahora a él se le debe poner más atención y a mí menos.

BLP Él debe brillar cada vez más, mientras yo he de ir quedando en la sombra.

RVC Es necesario que él crezca, y que yo decrezca.»

RVR1960 Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe.

TLA  Él debe tener cada vez más importancia, y yo tenerla menos.

La supremacía de Cristo y el llamado a la humildad destaca la transición del antiguo pacto, representado por Juan, al nuevo pacto establecido a través de Jesucristo.

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