Título: Llamado por Dios
Autor: Alejandro Barreto
1) En los días del Antiguo
Testamento, después de que Dios le entregó la Ley al pueblo, si alguien quería
adorar y dar ofrenda, era importante que el sacerdote fuera hombre, y que al
mismo, Dios le eligiera, tenía que ser llamado por Dios.
Éxodo 40:12-15 Entonces harás que Aarón y sus hijos se
acerquen a la entrada de la tienda de reunión, y los lavarás con agua. 13 Y vestirás a Aarón con las
vestiduras sagradas, lo ungirás y lo consagrarás para que me sirva como
sacerdote. 14 También
harás que sus hijos se acerquen y les pondrás las túnicas; 15 y los ungirás, como ungiste a
su padre, para que me sirvan como sacerdotes; y su unción les servirá para
sacerdocio perpetuo por todas sus generaciones.
2) Así que, no importa la persona que
sea, si Dios no lo llamaba, no podía ser sacerdote, no como ocurre en la
actualidad, que muchos se ofrecen voluntariamente para ser siervos de Dios por
su propia cuenta, no tomando en cuenta la opinión de Dios.
Hemos sido llamados por Dios?
Si hemos sido llamados por Dios
tenemos que tomar una firme decisión, sin dudas, ardiendo en el llamado que se
nos confió y no en lo que no se nos ha mandado, por qué las consecuencias son
extremadamente macabras.
Jueces 8: 2-27 Y
los hombres de Israel dijeron a Gedeón: Reina sobre nosotros, tú y tus hijos, y
también el hijo de tu hijo, porque nos has librado de la mano de Madián. 23 Pero Gedeón les dijo: No
reinaré sobre vosotros, ni tampoco reinará sobre vosotros mi hijo; el SEÑOR
reinará sobre vosotros. 24 Les
dijo también Gedeón: Quisiera pediros que cada uno de vosotros me dé un
zarcillo de su botín (pues tenían zarcillos de oro, porque eran
ismaelitas). 25 Y
ellos dijeron: De cierto te los daremos. Y tendieron un manto, y cada uno de
ellos echó allí un zarcillo de su botín. 26 El peso de los zarcillos de oro que él pidió fue de mil
setecientos siclos de oro, sin contar los adornos de media luna, los pendientes
y los vestidos de púrpura que llevaban los reyes de Madián y sin contar los
collares que llevaban sus camellos al cuello. 27 Y Gedeón hizo de ello un efod, y lo colocó en Ofra, su
ciudad, con el cual todo Israel se prostituyó allí, y esto vino a ser ruina
para Gedeón y su casa.
3) Déjenme decirles algo, nosotros;
SI hemos sido llamados por Dios, entonces estamos calificados para funcionar
correctamente en lo que hemos sido llamados, sin desviarnos de su petición, tenemos
que defender con nuestras vidas lo que se nos encomendó.
1
Pedro 2:9-10 Pero ustedes son
linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios,
para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las
tinieblas a su luz admirable. 10 Ustedes antes ni siquiera eran pueblo, pero ahora son pueblo
de Dios; antes no habían recibido misericordia, pero ahora ya la han recibido.
4) Claramente podemos ver, que fuimos
adquiridos por medio de la máxima expresión de Amor de Jesucristo siguiendo
el llamado del Padre, pero algo que muchas veces no se toma en
cuenta, es que fue Jesús, quien tomó la profunda decisión de aceptar y seguir
lo planteado por el Padre en suma obediencia y amor.
Tito
2:11-14 En verdad, Dios ha
manifestado a toda la humanidad su gracia, la cual trae salvación 12 y nos enseña a rechazar la impiedad y las
pasiones mundanas. Así podremos vivir en este mundo con justicia, piedad y
dominio propio, 13 mientras aguardamos la bendita esperanza, es decir, la
gloriosa venida de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. 14 Él se entregó por nosotros para rescatarnos de
toda maldad y purificar para sí un pueblo elegido, dedicado a hacer el bien.
Así como en esa oportunidad nuestro Señor tomó esa decisión tan fuerte,
radical y expresiva como sacerdote.
Que decisión tan fuerte o radical tenemos que tomar hoy? Acaso no somos linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que
pertenece a Dios?
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