Jesucristo, ejemplo de
disposición a la ofrenda
DETRÁS DE LA HUELLAS DE
CRISTO MARTES 30/7
Su amor con entrega total ya se hizo
evidente en el hecho de dejar la gloria junto al Padre, despojarse de su figura
divina y venir a la bajeza de la naturaleza humana.
Filipenses 2:6-8 6 el cual, siendo en
forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino
que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los
hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Efesios 5:2 Y andad en amor, como
también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y
sacrificio a Dios en olor fragante.
-A pesar de que ningún otro sacrificio
puede ser comparado con el del Señor, su disposición a la ofrenda es un ejemplo
que invita al seguimiento.
-Ya antes de su padecimiento y su muerte quedó demostrada su disposición a la ofrenda.
Esto se marca un lineamiento para la conducta de todo cristiano, que debe reflejarse dentro y fuera de la congregación: “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros" Filipenses 2:3-4.
A pesar de que ningún otro sacrificio
puede ser comparado con el de Jesucristo, su disposición a la ofrenda es un
ejemplo que invita a IMITARLO
La ofrenda que sale de un corazón
limpio acarrea bendición, no solo es material, es amor, es tiempo, es
dedicación, es perdón.
Dios bendice los ofrendadores como a
todas las ofrendas, según su calidad y su intención, no solamente sobre las
ofrendas materiales, sino también sobre la ofrenda de tiempo, dones, capacidades
para Él y su Obra, así como sobre la renuncia a beneficios personales.
La ofrenda expresa honra a Dios entrega
y sumisión.
La disposición a la ofrenda nace del
amor y agradecimiento.
El creyente expresa su agradecimiento y
amor a Dios mediante dádivas.
En la congregación la disposición a la
ofrenda se exterioriza en que muchos ponen parte de su tiempo, de sus fuerzas y
capacidades, al servicio de Dios y de la comunidad sin recibir retribución
alguna por ello.
La bendición vinculada con la ofrenda
puede ser experimentada en lo material, mas es ante todo espiritual.
En casi todas las religiones de la
antigüedad, eran muy importantes las ofrendas y el servicio de los sacrificios,
como así también en Israel. Con las ofrendas se buscaba propiciar la
misericordia de Dios, evitar el castigo y procurar reconciliación. Las ofrendas
eran muy variadas.
La ley mosaica imponía un servicio de sacrificios de múltiples facetas y rituales. Abarcaba el holocausto, la ofrenda de alimentos, la ofrenda de agradecimiento, la ofrenda por el pecado y la ofrenda expiatoria que eran ofrecidas a Dios (Lv. 1 a 7). Además de la ofrenda matutina y la vespertina, en determinados días del calendario los sacerdotes ofrecían sacrificios especiales por el pueblo. Se cubrían de esa manera los pecados del pueblo de Israel. También había ofrendas que traía cada individuo por diferentes motivos, acaso por faltas cometidas inconscientemente (Lv. 4 ss.) o por las inmundicias de su cuerpo (Lv. 15:14 ss.).
Así el Apóstol Pablo hace un llamado a los cristianos para que presenten sus cuerpos “en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios" (Ro. 12:1). Esto significa que uno debe conformar su vida según los parámetros del Evangelio: el cristiano se entrega a Dios con todo lo que tiene y es.
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