LLEGÓ EL DÍA
LLEGÓ LA 7 VUELTA -NOV-24
JOSUÉ 6:15 El
séptimo día, los israelitas se levantaron al amanecer y marcharon alrededor de
la ciudad como lo habían hecho los días anteriores; pero esta vez, dieron siete
vueltas alrededor de la ciudad. 16 En la séptima vuelta, mientras los
sacerdotes daban el toque prolongado con los cuernos, Josué les ordenó a los
israelitas: «¡Griten, porque el Señor les ha entregado la ciudad!
20 Cuando el pueblo
oyó el sonido de los cuernos de carnero, gritó con todas sus fuerzas. De
repente, los muros de Jericó se derrumbaron, y los israelitas fueron directo al
ataque de la ciudad y la tomaron.
¿Qué que podemos aprender de este día. Después de vagar por el desierto durante cuarenta años, el pueblo de Israel finalmente había llegado a la tierra prometida, pero sus enemigos se interponían en el camino de su destino.
Llega el 7mo día y
la 7ma vuelta. El pueblo de Israel gritó con un gran vocerío al sonido de las
bocinas, y el muro de Jericó se derrumbó.
La fe en Dios después
de 6 intentos tiene un poder indescriptible, en ese intento sucedió lo
improbable, lo impensable.
Una metáfora:
Cada uno de nosotros tiene muros en nuestra vida que necesitan ser derribados,
problemas que nos parecen insuperables e imposibles de atravesar.
Pero como en el caso
de Jericó, la respuesta es un intento más con la fe en Dios.
El muro de Jericó
nos muestra cómo el enemigo se arma y nos quiere impedir alcanzar nuestras
metas. Así como la ciudad estaba protegida por enormes muros, en el camino
hacia nuestras promesas nos encontraremos muros fortificados (el enemigo nos va
a ver llegar y se fortificará).
Aplicando el ejemplo de Jericó: En nuestra vida hay muros físicos y mentales que necesitan
derribarse. Pero al igual que en el caso de Jericó, mantener nuestra fe aun ante
los intentos fallidos es imprescindible.
La Fe y seguir las
instrucciones pueden derrumbar cualquier barrera y abrirnos el camino hacia
nuestro destino. Sigamos este ejemplo y coloquemos nuestra confianza en el
poder divino. Sigamos las instrucciones.
En conclusión, este episodio nos enseña a permanecer en la fe en Dios para
derrumbar muros y alcanzar las promesas. Debemos confiar en que Dios tiene un
plan para nosotros, y que ese plan hace posible las cosas.
La conquista de Jericó
es una llamada prestar atención a las instrucciones, a no improvisar, a no
desistir.
En los momentos de
dificultad, cuando los muros parecen infranqueables, recordemos que nuestro
grito de fe puede ser la clave para su derrumbe.
Así como el pueblo de
Israel confió en la promesa divina, nosotros también debemos hacer que nuestra
fe resuene con fuerza.
Cada desafío es una
oportunidad para hacer sonar nuestra Fe
¡No subestimes el eco de tu fe, la
séptima vuelta tiene la victoria!
LA DESTRUCCIÓN DE JERICÓ Josué 6 relata la primera batalla librada por Israel en Canaán así como la destrucción que causaron. A fin de ganar la buena tierra, los hijos de Israel tenían que derrotar a su enemigo. No obstante, no era necesario que los hijos de Israel lucharan. Únicamente debían creer en Dios, escuchar las instrucciones del Capitán del ejército de Israel y exaltar a Cristo portando el Arca.
Esto nos muestra que
en la guerra espiritual, lo primero que debemos hacer es exaltar a Cristo.
Jericó estaba
fuertemente fortificada: cuando el rey escuchó acerca de lo que Jehová había
hecho por su pueblo, cerró las puertas de la ciudad y se valió de los muros de
la ciudad para protegerse. Cesó todo
tráfico, de modo que nadie entraba en la ciudad ni salía de ella. El rey puso su confianza en el muro, pues
sabía que los israelitas no poseían las armas necesarias para derribarlo.
Aunque los israelitas habían cruzado el río Jordán, el rey pensaba que ellos no
podían traspasar el muro de la ciudad. Él no había pensado en lo que Dios podía
hacer.
Versículo 2, Jehová
le dijo a Josué que Él había entregado en sus manos a Jericó, a su rey y a sus
valientes guerreros. Después, Dios dio instrucciones a Josué para que los
hombres de guerra con los sacerdotes que portaban el Arca rodeasen la ciudad,
yendo alrededor de ella una vez por día durante 6 días. A otros siete sacerdotes se les encargó llevar
siete trompetas de cuernos de carnero delante del Arca de Jehová. Los
sacerdotes no tocarían las trompetas conforme a su propia voluntad; más bien,
debían esperar que el capitán les diera la orden.
Todos tenían instrucciones, tal como nosotros hoy en día necesitamos ser
dirigidos por el Espíritu.
Durante los primeros seis días, el ejército de
Israel simplemente anduvo alrededor de la ciudad con el Arca. El pueblo de
Jericó estaba apostado en el muro observando.
En el séptimo día, a
situación fue diferente. En realidad, Israel no tuvo que luchar, sino OBEDECER
Y CONFIAR. Ellos marcharon alrededor de la ciudad siete veces y, entonces, el
capitán dio la orden: “¡Gritad!”. Los sacerdotes tocaron las trompetas, el
pueblo gritó, y el muro se desplomó.
La ciudad fue
completamente destruida, y se pronunció una maldición sobre cualquiera que se
levantara para reedificar Jericó.
De la manera en que
Israel conquistó Jericó constituyó un testimonio prevaleciente de que el Dios
de Israel, Jehová, es el Dios vivo y verdadero.
I. LA REACCIÓN DE
JERICÓ A ISRAEL Vs 1 Jericó estaba bien
cerrada.
II. LA PROMESA DE
JEHOVÁ A JOSUÉ Vs 2, Jehová le prometió
a Josué la victoria.
III. LAS
INSTRUCCIONES QUE JEHOVÁ, Vs 3 al 5 las instrucciones que Jehová, el Capitán dio
a Josué.
A. En primer lugar,
Jehová le encargó a Josué que todos los hombres de guerra rodearan la ciudad
B. Marchar alrededor
de la ciudad una vez al día durante seis días
C. Siete sacerdotes
deben llevar siete trompetas de cuernos de carnero delante del Arca
D. En el 7 día deben
dar siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes deben tocar las trompetas, representa
el acto de declarar, proclamar, a Cristo.
E. Al oír el sonido
de las trompetas, todo el pueblo debe gritar a gran voz
F. Jehová prosiguió
dándole instrucciones a Josué al decirle que cuando el pueblo gritase a gran
voz, el muro de la ciudad se desplomaría. Entonces, ellos debían subir a la
ciudad
Factores
vitales que les permitieron obtener la victoria. La victoria
sobre Jericó en la primera batalla que Israel libró después de cruzar el Jordán
no fue obtenida en virtud de que Israel combatiera, sino en virtud de que
tocaron las trompetas y dieron gritos, es decir, al dar testimonio de Dios y
proclamarlo juntamente con Su Arca, por fe en las palabras de instrucción dadas
por Dios
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